Se estima que hay en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y un millón de ellas en un mililitro de agua dulce.
Desde que surgieron como primeras formas vivas, las bacterias han logrado adaptarse a todos los ambientes, incluso a los que poseen condiciones extremas. Algunas resisten la radiación nuclear, temperaturas de más de 80º C o rondando el cero. Muchas bacterias se han adaptado a vivir en ambientes sulfurosos o en la estratosfera. Estas bacterias, pertenecientes al grupo de los extremófilos, son muy útiles para múltiples aplicaciones industriales o sanitarias. Su existencia también permite pensar en que haya vida fuera de nuestro planeta.
Clasificación de las bacterias por su forma:
Cocos: con forma esférica. Pueden agruparse y formar diplococos, estafilococos (racimos) y estreptococos (cadenas).
Bacilos: con forma de bastón. Pueden agruparse y formar diplobacilos, empalizadas y estreptobacilos.
Espirilios: bastones en forma de sacacorchos.
Espiroquetas: espirales muy largas y finas.
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